domingo, 31 de agosto de 2014

Paraíso

Si hace unos cuantos días hablaba de un infierno, lo "positivo" de este es que cuando sales disfrutas del paraíso, y no es que todo sea una nube de pedo rosa y olor Chanel nº5 (perfume que por cierto no me gusta nada, donde se halle una buena agua de Colonia que se quite Coco), qué va, pero saboreas muy intensamente las cosas buenas.

Y esas cosas buenas, sobretodo en días de bajón, cansancio mental y físico y de frío y nubes, son el puro paraíso. No pienso en el más allá, el Divino Paraíso que imagino ha de ser como Tolkien explicó a través de Gandalf - no sé, es pura tontería, pero esas palabras (y esa voz de Ian McKellen) es para mí la mejor descripción posible.
Pero sí que pienso en lo que tenemos aquí, y espero que allá también haya parecido...
¿Qué es el paraíso para mí?

Leer el periódico y ver que se ha encontrado un medicamento que ayuda a vencer la leucemia infantil (yesssss!!! ahora a por más!)
Poder compartir con tus hijos un día de clase y ayudarles en el turno de las comidas - con las bandejas, que son a veces casi más grande que ellos!!!
Notar el sol en la cara y una brisa cálida
El mar, transparente, en arenas doradas y poder estar leyendo un libro tumbado sobre la tripa.



El sabor de las fresas, de las uvas, las manzanas (las mejores para mí, las Pink Lady, ea)
Poder dormir en plan cuchara con el costillo tas un masaje en los pies que mmm mmmm MMMMM!
Parar en la calle cuando nieva y mirar al cielo, dejando que los copos de nieve floten hasta caer en tu cara, sin que pasen coches y así disfrutar más del silencio.



Tomar un café acompañado de tarta de zanahoria con amigas.
U organizar una comida o cena, cada uno llevando una cosa.
El halwa de zanahoria!!! (una se engaña a si misma pensando que como es zanahoria no será calórico, qué vaaaaaaaaaa.....nos olvidamos de la miel y los frutos secos).


Sentir que por poco que sea, has contribuido a la investigación médica, a que alguien sonría, o coma, o pueda encontrar un lugar donde dormir...
Tener amigos de mil nacionalidades distintas (bueno, mil no, pero unas cuantas sí)
Planear viajes - aunque se tarden años en realizarlos o incluso no se lleguen a hacer nunca.
Ver vídeos de pingüinos que no se atreven a tirarse a la piscina.
La sonrisa de los delfines.
Las series históricas - a ser posible bien documentadas y sin demasiadas rayadas en diseño de producción.
Y las novelas históricas, leídas en la cama.
Que tus hijos jueguen juntos sin gritar ni pegarse (casi nunca, por eso se aprecia más, jejeje).
Los amigos que te escuchan y apoyan.
Los abuelos quedándose con sus nietos
Nadar, nadar, nadar....
Granada. Italia. Oliva. Y Grecia, y Turquía....
La música. No importa época (eso sí, nada de Bieber, Spears o One direction, por ejemplo). Las canciones italianas. Qué letras por favorrrrrrrrrrr...



La Capilla Sixtina - y cualquier cuadro de Leonardo da Vinci, Renoir, la Venus del Espejo de Velázquez y la Pietà de Miguel Angel.
La paella.
La siesta.
El olor a jazmín por la noche.
El cine.
Los achuchones y los besos.
Que se te duerma un gato o perro encima... qué calorcito más rico!!

...y tantas cosas, que no me da tiempo ni a hacer la comida! Para otro día más.


sábado, 23 de agosto de 2014

Guilty Pleasures

Después de una semana intensa llena de emociones, y con el añadido de empezar el curso - la semana del pollo descabezado, todos como locos - y el frío que llega con sus consecuencias (toses perrunas, narices goteando, dolor de garganta, millones de pañuelos de papel, caramelos de miel y limón y paracetamol a puñados), nos ponemos el pijama de manga larga y un batín - no hemos llegado al punto de ser tan escoceses que nos importe tres pitos la rasca de 12º - y disfrutamos de los llamados "guilty pleasures".



No sólo el "comfort food", la comida llena de calorías que reconforta en las noches frías y nos recuerda la infancia, sino esos pecaditos que no solemos confesar a nadie por temor a que nos tachen de... como poco, tener mal gusto.
La mayoría de los guilty pleasures, o placeres culpables, no son de cuchara y tenedor, porque esos son más confesables, o de comportamiento - que no se confiesan jamás -  sino de la televisión. De la tele-basura.
Llevamos años de cruzada contra las horas que copan estos programas de charlas, realities, programas el corazón que apuntan generalmente más abajo, como decía Carlos Fisas,  y escarban en lo más oscuro de las incoherencias y actitudes humanas, generalmente, de los famosos.  Y de los que quieren ser famosos por nada, más que por hacer daño o escandalizar.

La verdad que sí creo que cumplen una función, pero no por eso pido que haya 20 mil programas o 20 mil horas de esos programas (y mucho menos si es para hundir a alguien), lo que ocurre que a veces uno está tan agobiado, cansado, que necesita descansar el coco y el cuerpo, y un libro o una película digamos "normales" a falta de otra palabra, no cumplen, porque quieres algo de usar y tirar, que te haga dormir o reír y no pensar, entre por un oído y salga por otro. Algo que si te pierdes 3 horas o 25 capítulos te de exactamente igual. Cierto es que la música también cumple esa misión, pero la música, aunque sea mala de narices - o lo que cada cual considere mala - no sé  por qué, no entra en esa categoría.

Y yo tengo el mío, la verdad... un programa de la televisión norteamericana que desembarcó en la tele británica y que muestra la vida de mujeres (generalmente casadas) de alto nivel adquisitivo y sus relaciones con hijos, amigos y los dramas (ejem) que viven en su día a día. Hay alguna que es muy  "normal" (otra vez esa palabra), pero luego hay situaciones y comportamientos que rayan lo esperpéntico y que obviamente, están más guionizados que una gala de los Oscars. De ahí que ni que haya que tomárselo seriamente, y quien lo hace, bien, entonces ya tiene un problema a mi entender.

Se trata de las "Real Housewives of..." producida por Bravo TV y que tiene varias sedes - Washington (cancelada por peñazo - si es que la política lo es en el fondo - según dicen, y es que uno de los requisitos de estos programas de telerrealidad sea mantener en vilo al lector con risas y sobretodo con dramas, y continuar con el ritmo requiere un trabajo de guión que debe ser hiperexhausto). Miami (de origen hispano la mayoría), Beverly Hills (relacionadas con el mundo del famoseo), Orange County, Nueva York , Atlanta (afroamericanas) y mi favorita, mi guilty pleasure, New Jersey (italoamericanas con cierto trasfondo sutil de Cosa Nostra).




Me parto con ellas, y ando pendiente de sus dramas y sus maquillajes, sus salidas de tono mediterráneas (o lo que ellas entienden por expresividad italiana, cuando no saben ni decir bruschetta y americanizan sus nombres) y cierta similitud con el concepto de familia que tenemos en el sur de Europa
 Es demasiado, tan barroco, tanto, que no me queda más que reírme mientras lo veo y plancho o me tiro en el sofá con los pies en alto. Cierto es que sí han tenido dramas reales (curiosamente, esas partes son las que menos se tratan, con lo cual, todo es como digo falso y preparado) como autismo o tumores cerebrales y problemas con la justicia. Acusaciones de infidelidad, retiros espirituales en el desierto, comidas familiares llenas de pasta y cannoli, peleas entre cuñadas, entre hermanos, maridos y mujeres etc es como un culebrón con taconazo, kilos de rimmel, sprays bronceadores y mucha comida - otra cosa típica de nuestros primos mediterráneos, como nuestra también.



Sé que no es un espectáculo edificante - excepto para aprender inglés, pero a veces ni aún así :))) - ni quiero que lo sea, ni ocupa tiempo que dedico a familia, trabajo y otras cosas más interesantes. Se puede compaginar perfectamente leer un libro sobre los anglosajones o una estupenda novela histórica como Sinuhé con ver a estas mujeres; escribir un libro sobre problemas de fertilidad, sufrirlos y ver Gran Hermano 29; hacer trabajo de investigación médica y ver qué exmarido pone verde a su exmujer a cambio de un puñado bastante grande de euros un viernes por la noche... Es como uno de esos postres llenos de calorías y grasas saturadas, que una vez al mes te apetece, entre gimnasio, verdura, fruta y "El mundo de Sofía". No hay que ser demasiado duro con ellos.

Eh beh... la vita é cosí. 

sábado, 16 de agosto de 2014

Infierno

Esta semana nos hemos despertado con la desaparición de dos leyendas del cine: una Lauren Bacall, con 89 años, para mí de las más elegantes (no de las más hermosas, pero qué más da si la belleza es hipersubjetiva) y con más carácter de las actrices de los años dorados de Hollywood (con permiso de Bette, Katharine y Bárbara). Supongo que Bogart estaba ya silbando un tiempo cuando ella decidió reunirse con él tras una larga vida llena de éxitos en cine y teatro. Murió como muchos desearíamos, rodeada de familia, en su casa y en su cama, sin apenas sufrir y tras una larga vida. Tuve la ocasión y suerte de tenerla a dos palmos míos y con todo su glamour,  desprendía carisma y calidez.

Un par de días antes apareció colgado en su casa Robin Williams. En mi opinión, de nuevo sumamente subjetiva, no una estrella - como dijo Bacall de Nicole Kidman, aun le quedaban muchos años por delante - pero su desaparición, ay, me produjo y me sigue produciendo una tristeza increíble. Era de esos actores a los que quieres, realmente quieres. Sin conocerlo más que por sus papeles, por su habilidad por hacer reír y por esos momentos en películas dramáticas en las que bajando el tono de voz desgranaba el diálogo con una intensidad que parecía que esas eran sus propias palabras.

 Bien te hacía desternillarte bailando travestido con una faja y una aspiradora, o haciendo de empresario de la noche gay en Miami



 o  bien te hacía llorar cuando hablaba de la muerte de su mujer en la ficción o trataba de salvarla de la depresión que en la vida real se lo llevó a él; hizo que toda una generación nos subiéramos en las mesas para ver el mundo de otra manera y nos acercó al mundo de uno de los más apasionados y vibrantes poetas americanos. Sí, no somos bobos, sabemos que las palabras han sido escritas  por un guionista y por Whtiman, Thoreau, o Wordsworth, pero la cara y la pasión las puso él, él nos hizo creer en ello. Si no hay carisma ni verdad, da igual lo que esté escrito, quedaría vacío totalmente....





Y su desaparición, voluntaria, debido a un tremendo e indescriptible sufrimiento, en mí ha calado hondo. Por culpa de una depresión, por culpa de una enfermedad horrible y terrible que como cualquier otra enfermedad le importa un pito seas rico, pobre, hombre, mujer, hagas reír o bajes a la mina. Y hemos tenido que leer, e incluso oír, y lo que es peor, sus propios hijos, esos estúpidos comentarios de "pero si lo tenía todo!", "qué egoísta" blablablablaaaaaaaaaaaaaaggggh, repugnante. Igual que si no fumas puedes desarrollar un cáncer de pulmón - quizá con menos probabilidad que un fumador, pero puedes caer de igual manera - lo mismo pasa con las depresiones.

Y me afecta porque he visto que esa batalla se puede perder, como comenté en otro post, y que lo terrible es que hay gente que la pierde porque así es de la manera que la gana. Así que de egoísta, queridos míos, nada... es casi casi un acto de amor, oscurecido por esa terrible nube que te aprisiona la cabeza y ese martilleo constante de pena. Porque sé lo que se siente y entiendo ese dolor...

Me afecta porque soy una de esas personas diagnosticada con depresión, gracias a Dios de las más suaves, con una ciclotimia agravada por el sindrome premenstrual disfórico y con antecedentes de episodios depresivos (entre ellos depresión postparto) y ansiedad... Genética, química cerebral, hormonas, da igual, el caso es que está ahí, y ahora felizmente está bastante controlada, con una pastilla al día (por ahora)...para siempre. Y aunque ya no me siento eufórica cuando estoy feliz, mis penas no me hacen tener ganas de cortarme las venas en el baño, o de golpearme la cabeza o destrozar cosas.

¿Por qué salí creo yo a tiempo? aunque no esté segura al cien por cien, fue otro accidente de una madre de un playgroup, que sufría depresión post parto por segunda vez, y falleció dejando un niño de 3 años y un bebé de 4 meses. Aunque mi marido estaba siempre conmigo y me animaba para que controlara yo misma esos episodios, cada vez eran más fuertes y pensé que mi familia no se merecía eso, ni yo tampoco; con la ayuda de otra mujer, Tammy,coordinadora de otro playgroup, dejé atrás la vergüenza de "estar mal de la cabeza de algo que en otros tiempos no existía" y me planté delante del doctor, llorando, y tras hacer un test, me diagnosticó con spm disfórico y "there's something more there" como ella dijo. Así pues pasé a la Sertralina y a psicoterapia... y como dije, seguimos dándole en la cabeza al bicho. Afortunada, feliz y agradecida. Recuerdo esos momentos negros y son terroríficos, y si alguien quisiera saber lo que es el infierno, basta con que él/ella o alguien de su familia sufra esta enfermedad. No sabemos que la desencadena, y por qué a unos sí y otros no, pero del mismo modo, eso pasa con cualquier enfermedad.

Ignorarla o mitificarla ("es que eres muy fuerte y ya tu alma no puede más"  en plan poeta romántico del siglo XIX) son un flaco favor y además muy peligroso. Demasiado. Una palabra a tiempo, una sonrisa, un "cómo estás" puede a lo mejor no evitar la tragedia, pues el remolino negro es tan inmenso y absorbente que apenas puede entrar la luz, pero quizá atrasarla o incluso dar pie a la búsqueda de ayuda de la persona enferma.

Sí somos los guardianes de nuestros hermanos, y sí podemos hacer algo, no hay que desanimarse, simplemente hay que estar ahí, aunque es muy muy duro. Para el enfermo y su entorno. No nos demos por vencidos y evitando el desprecio, la condescendencia y el misticismo, estamos ganando mucho. Espero y deseo que el fallecimiento de gente tan adorable y querida como el Capitán ("oh Capitán mi Capitán" cantó Whitman por boca de Williams - Keating y sus alumnos) nos haga tomárnoslo en serio, darle visibilidad*, quitar el nombre de depresión a lo que no lo es - que momentos de bajón y cansancio son inevitables, pero no son depresión - y no tenerle miedo.






*recomiendo el documental de otro genial actor, escritor y presentador británico, Stephen Fry, cuya experiencia como maníaco depresivo ha ayudado a hacer visible el infierno de vivir con depresión La vida secreta del maníaco depresivo  (en inglés) o cualquier entrevista concedida por él sobre el tema. Recomiendo también, de nuevo en inglés, este artículo en The Guardian 
http://www.theguardian.com/science/brain-flapping/2014/aug/12/robin-williams-suicide-and-depression-are-not-selfish



sábado, 2 de agosto de 2014

Verano 2014

Otro verano más y para mí, como ya comenté, el fin de año - siempre pienso que empieza cuando los peques, que ya no lo son tanto, empiezan el curso, P3 y P1 respectivamente.
Otro verano de unas 3 semanas queriendo disfrutarlas a tope, saborearlas tanto que la ansiedad mata los primeros días y momentos....  En los que dejar el control que se ha tenido durante casi 11 meses y pasar de un 100% a un 5% se hace duro y cuando uno se acostumbra y lo disfruta, es hora de partir de nuevo al 100% y cómo cuesta, ayyyyyyyyyy.

Un verano de despedidas, lógicas por un lado, pero no por eso menos tristes; y de escapadas, para recuperar el romanticismo en pareja con la ayuda de los abuelos, menos mal. De encontrar nuevos amigos, de ser muy difícil organizar quedada con algunos de los antiguos y descubrir que otros  aún siguen a tu lado después de ¡un cuarto de siglo! (qué vértigo... y qué bendición).

De gozar de los rayos de sol, de la arena dorada, del agua transparente (que me deparó, por primera vez en 39 años el "gusto" de conocer de primera mano y picadura una medusa; A.tuvo el mismo gusto por 3 veces)  y de ensaladas caseras. del frescor de la sandía, de torneos medievales, de disfraces, de tapas en un barrio medieval, de lecturas nuevas y de otras más conocidas con la fresca brisa del mar, de dejar en cierto modo a un lado las nuevas tecnologías y vivir por la salida y puesta de sol, de la paella y del "barrejat" (mezcla de horchata y limón granizados). Excursiones a paraísos terrenales y sufrir el bochorno de poniente...

Y lo que más me ha gustado y alegrado es haber sido capaz de ver mi ciudad, con la que tenía cierta cuenta pendiente de resquemor y melancolía, con ojos de extranjera, y disfrutar de su belleza, sin dolerme el no estar en ella más, asumiendo que tenemos vidas distintas, separadas y que además, está muy bien que así sea.
Y lo mejor, poder sentirme de nuevo unida a mi madre, cada una con su visión de vida y su trayectoria, el haber - al menos por mi parte - podido comprender que cada uno tiene una historia y unas vivencias y que eso nos forja, sin intentar cambiarla...bueno un poquitito sí :))) .

Y lo sueño otra vez, y me encantaría que hubiera sido más tiempo, más días, más abrazos, más sal, más aire, más arena...
Este verano ha tenido una banda sonora, unas canciones que usábamos para relajarnos por la noche - y que los pipiolos se durmieran después del tute del día; y a falta de fotos, ya que las mejores se quedan en la mente, dejo a James Blunt que es uno de  los que haa puesto melodía a nuestro verano 2014: