domingo, 15 de diciembre de 2013

Un diciembre tranquilo

ya está aquí, ya empieza el fin de año con un ojo mirando atrás (y no sólo a los últimos 12 meses) y otro intentando vislumbrar el futuro
Personalmente, es un mes movidito en recuerdos y preparativos navideños, en proyectos de futuro y en realidades concretas que me llevan a cierto estado de agotamiento físico y espiritual

Acabamos la feria de Navidad del colegio, que me ocupé de organizar - contando con mucha ayuda - y fue un gran éxito (esos padres josefinos! oeoeoeeee) recaudando una cantidad estupenda de dinero con la que se podrá comprar un piano nuevo y arreglar unos cuantos desperfectos; asistimos a las funciones navideñas previo ensayo en casa de estas dos mini estrellas en potencia; acabamos de envolver regalos (cada año es más difícil, escoger regalos, me refiero) y de estar harta (personalmente) de que parezca que todo se reduzca a eso
Los peques notan la excitación y acaban a 100 por hora ellos mismos y menda siente que necesita un respiro, no sé, ¿en el desierto australiano???
Teatro infantil, fiestas del cole, quedada con amigos, villancicos y chocolate caliente con panettone, manualidades navideñas, maletas etc

Hay incluso una cosa que me sucedía de pequeña y aún sigue pasándome, y es que siempre en el fondo espero que este mes sea el mejor para todo el mundo, que todo rebaje el ritmo y que haya serenidad, no tristeza; y cuando leo noticias como la de una familia muerta por comer comida caducada, otra en un accidente de tráfico, etc me rompo por dentro, la verdad y sobretodo cuando pasan cosas que podrían ser perfectamente evitables, pero ponemos o nos ponen un peso en el corazón (ay, el chiste de "¿qué tal la Navidad? ¿Bien o en familia?")
Por no hablar de  nuevo del runrun del enfrentamiento entre los que celebran la Navidad con su sentido religioso (o por tradición) y aquellos que la desdeñan de manera paternalista y condescendiente con los que sí

Se perfectamente que Jesús no nació en Diciembre  ni el 25, pero aún así, siempre he pensado que ocurriría el milagro de que un mes al año, todos estaríamos satisfechos y en paz y viviríamos esos 31 días así (siendo española y con los Reyes Magos bien instalados en el alma, añado la primera semana de Enero)
No sé, es una ceporrez, pero siempre lo pienso así y espero con todas mis fuerzas, el milagro de Navidad, pero como dijo Santa Teresa "las manos de Dios son nuestras manos" (o algo así) y además que no podemos controlarlo todo, por suerte o desgracia

Siempre siento el final del año como una etapa de recogimiento y preparación, en el que anhelo paz y silencio, calma y compartir con los nuestros (familia y amigos y ahora siento a los amigos de aquí, muchos de los cuales no pueden volver a casa por Navidad, parte de una familia muy grande) y que sea una época donde el peso de nuestros hombros se comparta entre todos y donde el corazón mande, sí, con ayuda de la cabeza, pero donde nos liemos la manta a la ídem y miremos más allá de esas luces tan preciosas (a mí me encantan, la verdad), el dorado, el bullicio y el papel de envolver, sobretodo aquellos que como nosotros, somos tremendamente afortunados